Seminario Miércoles 5 de Septiembre
14 hs Lic. Diana Feld en el auditorio del instituto.
La radioterapia, multidisciplinaria por excelencia, es la aplicación radiante en salud que entrega las dosis más altas de radiación y por lo tanto conlleva tanto el éxito de una terapia como el riesgo de una dosis demasiado baja o excesiva o mal localizada. El avance tecnológico en las técnicas diagnósticas implica que los volúmenes a tratar tienen contornos cada vez más exactos y definidos, lo que obliga a la radioterapia a ser cada vez más precisa en la entrega de la dosis de radiación.
Teniendo en cuenta estos avances se desarrollaron técnicas modulando el haz de radiaciones (IMRT), radioterapia guiada por imágenes (IGRT), radiocirugía, hadronterapia entre otras. Con estas técnicas se escala la dosis de radiación en la región tumoral y se requiere por consiguiente extremar los cuidados en la planificación para que los órganos de riesgo no reciban dosis de radiación superiores a los niveles de tolerancia en cada uno de ellos.
Es tarea del físico médico, entre otras, la elaboración y desarrollo de los distintos planes de tratamiento, siendo un desafío cumplir la meta de lograr una distribución de dosis que controle la lesión tumoral y simultáneamente preserve los tejidos sanos circundantes.
El físico médico por lo tanto debe tener una sólida formación académica; dentro de las posibilidades académicas actuales se encuentra la EFRAD (Especialización en Física de la Radioterapia), creada en la UNSAM y que refuerza los cursos en física de la radioterapia que se dictan en el Instituto Dan Beninson.
La formación del físico médico hospitalario se completa con una práctica clínica y se crea entonces la Residencia en Física Médica en el Instituto Ángel Roffo, UBA. En el Instituto Roffo la División Física Médica (GAATEN,CNEA) es la responsable de estas Residencia.